Los quistes se denominan neoplasias benignas, que son una cápsula, la mayoría de las veces llena de líquido: exudado. Los quistes pueden ocurrir en cualquier órgano y tejido, incluida la próstata. Un quiste de próstata se diagnostica en aproximadamente una cuarta parte de los hombres, principalmente después de los 50 años. Dado que el desarrollo de una neoplasia suele ser asintomático, un hombre a menudo se entera de la enfermedad después de una ecografía o una resonancia magnética realizada por otro motivo.
¿Cómo se forma un quiste?
En los órganos glandulares secretores, que incluyen la próstata, hay quistes de retención. Se adquieren y se producen como consecuencia de la obstrucción o bloqueo completo de los conductos excretores de la glándula, provocando el estancamiento de la secreción prostática. La causa de esta afección pueden ser cálculos o compresión de los conductos por un tumor o tejido cicatricial. En raras ocasiones, la obstrucción es causada por tapones mucosos espesos debido al aumento de la viscosidad y al espesamiento de la secreción prostática.
Factores de riesgo
Un quiste de próstata en los hombres puede desarrollarse por las siguientes razones:
- enfermedades inflamatorias; ;
- obstrucción del conducto eyaculador;
- atrofia de próstata;
- tumores
También existen factores que aumentan el riesgo de esta neoplasia:
- producción excesiva de secreción prostática;
- relaciones sexuales demasiado frecuentes o demasiado raras;
- factores de producción nocivos, por ejemplo, trabajo asociado al levantamiento de pesas;
- estilo de vida sedentario;
- lesiones pélvicas o cirugías fallidas;
- estrés frecuente
- Abuso de alcohol.
Síntomas y clasificación de los cambios quísticos.
Las manifestaciones clínicas dependen en gran medida del tamaño de la neoplasia. Los quistes pequeños a menudo no se manifiestan. A medida que crece, los síntomas de un quiste de próstata pueden incluir:
- disuria (incapacidad para orinar); (aparición de sangre en la orina);
- piuria (aparición de pus en la orina); o estreñimiento;
- dolor en la parte inferior del abdomen o perineo;
- eyaculación dolorosa;
- debilitamiento de la erección;
- disminución del volumen de la eyaculación.
Estas son manifestaciones externas. Además de ellos, los quistes de próstata pueden causar:
-
(inflamación del epidídimo);
- infecciones recurrentes del tracto urinario;
- obstrucción u obstrucción de la salida de la vejiga;
- obstrucción del tracto urinario inferior;
- infertilidad
Según la clasificación, existen 6 tipos de quistes de próstata:
- quistes mediales aislados;
- quistes del conducto eyaculador;
- quistes únicos o múltiples del parénquima;
- quistes infecciosos o hemorrágicos complejos;
- tumores quísticos;
- quistes secundarios a enfermedades parasitarias.
diagnósticos
Por lo general, un examen digital de la próstata no proporciona al médico suficiente información de diagnóstico. Por lo tanto, el “estándar de oro” para el diagnóstico de quistes prostáticos en la Clínica de Urología de la Primera Universidad Médica Estatal de Moscú. A ELLOS. Sechenov es TRUS – ultrasonido usando acceso transrectal. Este método permite determinar la localización, el tamaño y la estructura de la formación quística.
También se realizan exámenes de laboratorio de sangre, orina, secreción prostática y eyaculado. Ayudan a detectar signos de inflamación o infección. Para excluir un proceso maligno, se puede prescribir una resonancia magnética y una biopsia de próstata.
terapias
Para los quistes pequeños que no se manifiestan de ninguna manera, nuestros médicos utilizan la táctica de la “espera vigilante”. Consiste en exámenes urológicos periódicos (cada 6 meses). Las indicaciones para un tratamiento agresivo son el gran tamaño y rápido crecimiento de la neoplasia, disfunción eréctil, obstrucción del flujo de orina, sensibilidad o infección del quiste.
La elección de la estrategia terapéutica depende en gran medida de la estructura de la neoplasia y de la localización del quiste prostático, siendo el tratamiento de primera elección la punción aspiración. El método consiste en bombear el exudado de la cápsula quística. El tratamiento se realiza bajo anestesia local mediante control por imagen (radiografía, tomografía computarizada o resonancia magnética). Para evitar que la cavidad quística se vuelva a llenar con líquido, se inyecta un agente esclerosante que pega las paredes de la cápsula.
Con un proceso purulento severo, un gran tamaño de la neoplasia o su crecimiento activo, se realiza una operación quirúrgica. Las modernas técnicas urológicas utilizadas en la Clínica de Urología que lleva el nombre de R. M. Fronshtein, en la mayoría de los casos, permiten extirpar el quiste de forma mínimamente invasiva manteniendo la función de la próstata.